La reciente «apertura» del puerto de Palma a la ciudad promete cambiar de pronto el mapa comercial del centro. La Autoridad Portuaria de Baleares, dando la concesión del Moll Vell a la empresa Amarres Deportivos, ha conseguido que las calles tradicionalmente más caras y exclusivas de la isla, Jaime III y el paseo del Borne, se «extiendan» ahora al puerto de Palma; en realidad, como siempre fue.

Ya en época de los romanos el eje económico y cultural de la isla fue lo que hoy es el Moll Vell y el Borne. De hecho, algunos historiadores afirman que el Paseo del Borne era, en el siglo I, un pequeño río navegable que tenía en su orilla un teatro romano, justo donde hoy está la plaza Juan Carlos I. Aquel teatro palmesano era famoso en época de Jesucristo por ser un centro cultural y comercial de primer orden, conocido en todo el imperio por su interculturalidad. En la edad media, cuando en verano se secaba el río, se disputaban justas medievales entre caballeros sobre el lecho arenoso. Justo donde hoy está el paseo del Borne era el lugar donde se enfrentaban esos caballeros.

Este eje económico estuvo vivo, por tanto, desde antes de nuestra era hasta los años setenta del siglo pasado. Por desgracia, cuando en los años ochenta del pasado siglo se cerró el paso a los peatones al Moll Vell, toda la zona perdió vigor y empezó a degradarse. Sólo la calle Jaime III se mantuvo económicamente activa, gracias probablemente a la influencia de El Corte Inglés, epicentro comercial para los palmesanos en los noventa. Ahora, con la apertura del Moll Vell al ciudadano, se crea y expande esa «milla de oro» y llega hasta el puerto de Palma.

El edificio del Moll Vell Acoge restaurantes, bares y algunas tiendas comerciales, mientras que la parte superior de la construcción estará dedicada a despachos y oficinas. En la azotea, al que se accede por las escaleras situadas en un lateral del edificio, está ubicado un mirador desde el que se puede contemplar las embarcaciones.

 Además, la Autoridad Portuaria planea, junto con la SmartOffice del Ayuntamiento de Palma, otorgar en concesión varios viejos edificios en el puerto para abrir un hotel de lujo, un museo marítimo y una zona de amarre para superyates a fin de relanzar toda la zona.

El objetivo del Ayuntamiento, Autoridad Portuaria y los empresarios de El Corte Inglés y Amarres Deportivos, es crear un pasillo natural bidireccional para ciudadanos y navegantes. La idea es que, según la SmartOffice del Ayuntamiento, «los ciudadanos tengan fácil acceso al puerto y los navegantes de los yates tengan también facilidad para conocer la zona comercial e histórica de la ciudad».

Los expertos en economía del Ayuntamiento que trabajan en la SmartOffice pretenden potenciar la milla de oro, que sin duda se ramificará de inmediato en dirección a la Plaza de Cort, la Rambla, La Lonja, etc. Todo lo que sea dar a conocer el centro beneficia a la ciudad y a todos sus habitantes, es vital potencial el corredor entre el puerto y el centro, abrir la ciudad al mar.